Y aún es difícil aceptar la idea de que no estás. Estas cosas no son nunca fáciles.
Cuesta acostumbrarse a llamar por teléfono y darse cuenta a tiempo de que no estarás al otro lado, porque aún por inercia esa es mi intención.
Pero poco a poco, todos sabemos que todo llega a su fin en algún momento.
Familia que no de sangre en este caso, pero algo que siempre he obviado porque para mí eras eso, mi familia. Estando a tu cargo desde apenas instantes después de nacer.Por tus manos se veía claramente el paso de los años.
Jamás podré olvidar los momentos vividos junto a ti, junto a vosotras. Porque son demasiados.
A pesar de las regañinas.
Lo que importa es el sentimiento, algo mutuo.
Y me da pena, pensar, que los últimos años a pesar de ser como eras, aquellas personas que decían que les importabas, no han sido para hacer una sola llamada y perder unos míseros minutos de su tiempo para interesarse por tí.
A día de hoy son solo excusas que no sirven, aunque se aceptan.El mundo de hoy día es demasiado egoísta como para pensar en los demás.
Pero yo me quedo con los valores que me inculcaron ciertas personas de mi vida, entre ellas tú.
Me quedo con la última vez que te vi y las palabras dichas.
Me quedo con ese anecdótico día en que te lanzaste a probar sushi sin ningún tipo de reparo.
Porque a fin de cuentas, la vida es eso, lanzarse.
Me quedo con la sensación de bienestar al haber estado ahí, cerca.
Me culpo quizás de no haber hecho las cosas de otra manera y de saber de antemano que mi próximo cumpleaños no será igual. Cada vez falta más gente.
Me culpo de no haber llorado hasta ahora tu ausencia, pero me gusta llorar estas cosas a solas.
Solo espero que allí donde estés, por fin te hayas encontrado con esas personas de nuestra vida que eran tan importantes. Que nuevamente, forméis piña y desde arriba veléis por los que aquí estamos. Te echaré de menos. Te quiero!! Hasta siempre!!!
