
Estoy cansada de todo, de discutir por diferencias de opiniones con mi gente, por hacer cosas que van sin segundas intenciones, sin ningún maldad... estoy cansada de llorar por gente que me falta, por gente que necesito, por gente que extraño, por gente que puede o no merecer la pena...
Y cada una de las cosas, va por alguien en concreto. No es necesario que nadie se de por aludido, porque puede malinterpretar el sentido de cada palabra.
Y puede que te sientas aludid@ por algo que no va diriguido a ti... aunque lo deje escrito, a ti te lo diré a la cara. Esa es mi forma de hacer las cosas, pero ya no puedo más...
Necesito desahogarme...
Necesito respirar hondo y saber que no me vas a fallar... que no me vas a abandonar...
Hoy, haciendo limpieza, poniendo orden en esta habitación, que más que lo que es, parece el baúl de los recuerdos, encontré una libreta que quise dedicar exclusivamente a una persona... en esa libreta encontré dos fotos nuestras... la que más me gustaba a mi y la que más te gustaba a ti... en ambas, salimos sonrientes...
¿dónde quedaron esos momentos?
Lo siento. Yo tampoco puedo evitar acordarme de ti en momentos de flaqueza, tan solo nos separa una diferencia... y es que con el tiempo, con el paso de los años y con las decepciones que ambas nos hemos llevado, yo he aprendido a no necesitarte. A saber controlar mis ganas de llamarte y poder llorar como lo hacíamos años atrás... Hasta hace un par de años, fuiste la única persona que me había visto u oído llorar... nadie más consiguió traspasar ese muro, hasta que empezé a alejarme de ti... tuve que buscarme otros apoyos porque pasaste de ser mi confidente a ser la persona que me causaba el dolor... y a raíz de ahí, todo lo que nos unía, se rompió.
Me acostumbré a estar sin ti, me acostumbré a quererte en silencio, me acostumbré a tus ausencias... pero no me acostumbro a olvidarte... he llegado a pensar que sigo enamorada, pero no... eso no es lo que siento por ti...
No he encontrado el amor hasta ahora, solo me he vuelto a ilusionar y como no, a darme de bruces con la pared. De ti me enamoré, aunque sé que no me crees. Y bueno, que puedo decirte, que aunque diga que no te necesito, pues si te necesito... porque siempre supiste las cosas con solo mirarme. No hacían falta las palabras. Ya se fue el amor, pero no la amistad. Te sigo considerando como tal. Y tal vez, lo más seguro, es que con el tiempo, volvamos a ser cómplices de nuevo. Mientras, te seguiré echando de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario