jueves, 20 de enero de 2011

El otro día hablamos durante algo más de dos horas. Yo iba algo mareada, pero al verte se me fue. Dijiste, que querías darme un abrazo de esos que no se olvidan... Y de que manera no me lo dirías, que cuando estube en mi habitación, y me metí en mi cama, sentí como si tus brazos me rodearan y eso me hizo sentirme enormemente bien.

Me halagan tus palabras y tus detalles. Me alegra ver el brillo en tus ojos, tu sonrisa...

Sé, que esto no lleva a ninguna parte, aunque el destino quiso que nos conocieramos. Tú recuerdas la primera vez que me viste igual o mejor que yo.
Yo recuerdo cada una de las veces que nos hemos encontrado, cada uno de tus gestos, cada una de tus miradas... la primera vez, que mantuvimos una conversación... y las restantes.

Aquí estoy, esperando volver a vernos. Saber, en que termina todo esto y en saber si será posible una amistad.

Dices, que también te gusta que te digan cosas pero si realmente te dijera lo que pasa por mi cabeza... entonces, esto se convertiría en un completo juego sin final...
Es bonito jugar a seducir, a todas nos gusta que nos seduzcan, que nos mimen... ainsssssss, pero no puede ser...

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