martes, 19 de abril de 2011

Las mentiras tienen las patas muy cortas y tú misma te has delatado

Ahora ya no puedes decir que no me engañaste. Ahora sí que no. Tú misma lo has hecho público, creyendo que yo no lo vería porque me bloqueaste y no puedo acceder a tu página privada. Yo no puedo entrar, no con mi cuenta, pero sí con la de otra persona.

"Valió la pena mentir sin tregua y esconderse"
"Valió la pena hasta engañarle"

Y tanto que me engañaste... hasta cuando te descubrí, seguiste mintiendo, pero yo ya lo sabía. Sabes que?? Que yo tengo mi cabeza muy alta y me siento orgullosa de mi actitud. Yo estoy orgullosa de haberte dado hasta lo que no estaba en mi mano. Pero no estoy orgullosa de haber perdido los recuerdos de media vida por ti. Ya no puedo recuperar esas cosas y prefiero no pensarlo. Estoy orgullosa de haber sido intolerante como tú decías con ciertas cosas que me hacían daño incluso sin formar parte de ellas, estoy orgullosa de haber defendido mis valores, de haber defendido el compromiso y de haberme embarcado en una historia que casi acaba conmigo, orgullosa de haber luchado por nosotras aún sabiendo que esa historia tenía los días contados. Orgullosa de haber reconocido mis errores y saber aceptar a tiempo la ayuda que mis amigos me ofrecieron cuando tú me hundías cada día en más y más problemas y deudas. Decepcionada por haber llorado durante tantos y tantos meses por una persona que no merece la pena. Decepcionada por haber dejado que hicieras que perdiera la ilusión y las ganas de vivir. Decepcionada porque aún me afectan tus palabras y no deberían.

"Valió la pena dejar la gris monotonía por este sinvivir constante, la paz en que vivía por este infierno delirante"...

Me gustaría encontrarme contigo, que me mirases a los ojos y negaras todo esto que tú misma has escrito en tu página. Ahora momentos como los que vivímos en esa foto, los vives con otra que tuvo la osadía de faltarme al respeto en mi propia casa. No tienes ni una pizca de verguenza. Lo sabes... tuviste hasta el valor de ROBARME y negarlo. Pero era evidente. Las cosas no desaparecen si las guardas siempre en el mismo sitio, por arte de magia. Ahí fue cuando la desconfianza se apoderó de mi. En fin... que puedo decirte que no sea una novedad. Más insultos, más verdades, más mentiras... ¿¿para qué?? Tú sola te delatas poco a poco, fui demasiado tonta contigo. Lo reconozco. Pero a pesar de todo el daño, aún perviven en mi memoria momentos bonitos y dulces que me hiciste sentir y vivir...

40 años?? Sí, en tu carnet. Porque no en la realidad.

Decepcionada y mucho por haber confiado en ti como persona durante tanto tiempo, por haber confiado en ti como mujer, como mi pareja, como mi amiga, mi cómplice, mi confidente... por haber confiado mi vida entera en alguien como tú.

RESPETO: Ya que presumías tanto de que yo no tengo respeto por nada ni nadie, aprende primero el significado, porque humillar no es sinónimo de respetar.
Respeta de una vez los límites, ten un poco de cordura y afronta la realidad. Deja de creerte tus mentiras y sobretodo de vivirlas. Reconoce de una vez todo eso que niegas de mi. 

No quiero seguir sufriendo por esto que parece que no acaba nunca. Ahora intentas humillarme haciendo público a todo el mundo que me engañaste y no sé que es lo que esperas realmente por hacer eso. Está claro que me lo querías hacer saber por comentarios de alguien. Pero no, no me lo ha comentado nadie, lo he visto yo con mis propios ojos, aquel día que te presentaste en mi casa echa una furia y te llevaste todo aquello que decías me habías regalado. Que ingenua, los regalos duran el tiempo que dure la relación, después eran tuyos de nuevo.

Pide, que no me encuentre contigo un día de estos, porque a las malas yo también sé jugar querida.

No hay comentarios: