domingo, 2 de noviembre de 2008

La vida, se compone de pequeños grandes instantes

Mis últimas entradas han sido un poco... tristes. Lo sé. Suele ser en esos momentos que me atacan los recuerdos, cuando más ganas de escribir tengo. Y llegando estas fechas... malo, malo... Ya estoy deseando que llegue al menos el 10 de Enero, para no dejarme llevar por lo que las fiestas que se acercan, implican. Parece que aún falta, pero cuando no nos demos cuenta, ya tendremos lucecitas adornando nuestras calles, villancicos sonando en los centros comerciales, tumultos en las cajas para pagar los muchos o pocos regalos que hayas comprado, oliendo a castañas por la ciudad, llegando a casa y en muchas de ellas, habrá un árbol adornado, un belén o misterio, guirnaldas, mantecados, anís, y todo lo típico de la navidad...
Creedme... está a la vuelta de la esquina todo eso.

Y yo, una vez más, me supero. Este año no sé que hacer ni donde ir. Son fechas para estar en familia y la mía está tan dividida, que no me siento cómoda en ningún lado. Son fechas para estar con la gente que más quieres, y para mí son mis amigos pero para mis amigos, son su familia. Así pués... me dejaré llevar como estos último años, ya que lo que surge inesperadamente, resulta siempre ser la mejor opción.

Hoy mi entrada tampoco es que sea muy alegre, pero después de ver "Camino", de Javier Fesser y después de que el papel del padre de la niña me haya llegado a lo más hondo, se me ha quedado el cuerpo para pocas risas. Eso sí, mañana es el último día de trabajo. La temporada ha sido larga, pero ya ha tocado a su fin... aunque a medias, ya que esto nos lo tomaremos como unas vacaciones. En Diciembre volvemos hasta el 6 de Enero.. que pocas ganas tengo de estar en navidades en el parque pasando frío. Prefiero trabajar en uno de esos centros comerciales abarrotados de gente y escuchando villancicos. Allí al menos, el espiritú navideño sigue estando por alguna que otra persona, aunque esté escondido detrás de las ofertas y los disparatados precios, aunque se esconda detrás de la carita inocente de un niño que aún no ha descubierto la verdad sobre los reyes magos y sigue creyendo en ellos y les entrega su carta y se sienta en sus rodillas.

En fin... (típica coletilla de mis despedidas), Buenas noches!!

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