Trabajé la noche de fin de año con la intención de recuperar los 5 días de trabajo que perdí por las lluvias y que ocasionaron que mi atracción cerrase. No estaba muy dispuesta a perder horas de trabajo y menos dinero por las lluvias. Así que la trabajé. Lo decidí a última hora, cené sola esa noche. Pasaba de cenar acompañada cuando tan solo 15 minutos después de tomarme las uvas ya estaba montada en el coche para irme a Isla Mágica a trabajar en la fiesta del Fuerte Mágico.
Llegué a las 12:30 de la noche, y me puse a repartir las acreditaciones, ese letrerito que se ve colgado. Estuvimos ordenando las bebidas, haciéndonos con los sitios en donde estaba todo puesto.
Sacamos los vasos de los plásticos, preparamos el hielo y nos pusimos manos a la obra a esperar que la gente llegase.
Intentamos organizar un mismo criterio de 3 copas por persona cada vez que fueran a pedir, pero llegó un momento en que eso se descontroló.
Estuve más de 3 horas poniendo copas. Yo ya había hecho mis pinitos detrás de una barra como camarera, antes pero nada parecido a aquella noche. Después de algo más de 3 horas sirviendo copas y evitando de todas las formas posibles servir las de cacique porque me pongo malísima con tan solo olerlo, me salí a la pista a recoger los vasos que había en el suelo. No nos dieron nada para poder hacerlo. Teníamos que agacharnos y levantarnos cada vez que recogiéramos un vaso, así que después de otras 3 horas, mis piernas empezaron a aflojarse.
Volví a la barra, pero demasiado agobio, me volví a la pista a seguir recogiendo vasos. En total, un mínimo de 10 bolsas de basura tamaño comunidad me recogí yo solita. Estaba agotada. No bebí nada en toda la noche, si me echaba una copa y me la escondía en algún sitio, cuando volvía ya no estaba, así que bebí en toda la noche una media copa tan solo.
A las 9 y cuarto de la mañana me dijeron que en 15 minutos terminaba así que aproveché para ir al baño y sentarme ese ratito. Pero fue lo peor que hice, después no me podía levantar. A las 10 menos cuarto me subi en el coche y fui a buscar mi desayuno. Fue la primera vez que realmente hablamos. ejeje...
Al final ni desayuné, me pudo el sueño. Cuando aparqué mi coche, me quedé un rato echada sobre el volante, mis piernas no respondían. Subí y me metí en la cama, mi desayuno se convirtió en merienda a las 5 de la tarde cuando por fin, salí de la cama.
Esa semana me la pasé entera con la rodillera puesta, estar agachándome durante horas, acabó con ella.
Pero bueno, mereció la pena.
Llevo dos días trabajando sin descanso de comida y teniendo que esperar a llegar a casa para hacerlo. Pero hoy no me ha dado tiempo a llegar, he tenido que parar en el camino porque no sé si me ha dado una bajada de azúcar o algo, pero me temblaban las manos y las piernas.... Así que paré a comprar donuts con azúcar y cocacola. Una mezcla un poco rara pero que me ha sentado bien.
Mañana de nuevo todo el día allí... y el domingo salgo tempranito, a las 8 de la tarde.
Pues nada, voy a ducharme que ya va siendo hora desde las 8 que he llegado.
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