viernes, 15 de abril de 2011

La primera carta


Aquí, un pequeño resumen de la primera carta que escribí la noche en que supe algún dato tuyo. Minimo dato, pero ya era algo. Esa noche fue más o menos el inicio de toda esta historia. Me da verguenza ponerlo aquí y saber que lo leerás tarde o temprano. Pero querías echar un vistazo a mi cajita, no? Pues aquí un pequeño adelanto. Espero que te guste. Sinceramente.


13/Noviembre/2010

Para una mujer de nombre desconocido:

Hace tiempo que te veo y te observo cuando coincido contigo.  Hoy nuevamente me he encontrado contigo y desde entonces he planeado una excusa para volver a verte antes de llegar a casa. Pero no ha hecho falta, mis amigos se han encargado de eso.
No te conozco, no sé tu nombre, ni edad, eres una completa desconocida. Y pienso que es el destino el que ha hecho que te cruzes conmigo.
Llevo fijándome en ti algún tiempo, pero siempre he intentado quitarme de la cabeza el morbo y el interés que me produce el solo hecho de verte.
Sé, que me hiciste un comentario un día, pero aparte de que fui muy seca, recuerdo poco más.
Más o menos intuyo la edad que puedes tener, pero evidentemente no sé tu edad exacta.
Pienso, que algún día acabaremos hablando y quién sabe si tendremos una amistad, pero si realmente supieras que esta carta existe, imagino que te preguntarás porqué pienso esto.
Es fácil. No te busco y sin embargo, te encuentro. Soy persona que cree en el destino. Y vaya a la hora que vaya y el día que sea, casi siempre te encuentro, allí, en el mismo sitio. No puede ser casualidad. Tiene que existir una razón que desconozco.
Además, pienso que cuando algo realmente se desea algo con verdaderas ganas, termina sucediendo y yo deseo conocerte.
Sin conocerte, te has convertido en la razón de mi sonrisa y eso me asusta, porque no sé que tienes que me inspiras bienestar sin haber mediado palabra alguna contigo.
No sé que tienes para hacerme sentir así, pero cada vez que te veo no se me quita la sonrisa durante el resto del día, tienes que tener algo bueno.
Me gustaría poder conocerte pero sé que yo no me atreveré a romper el hielo. Me conozco demasiado. A menos que seas tú quién me hable, me quedaré con las ganas y es algo que me produce desconcierto.
Pero tengo la sensación de que no será así, algún día ocurrirá y me hablarás.

Bueno, pues ahí tienes el resumen de la primera carta que escribí. Le siguen otras. Pero esas de momento, seguirán siendo solo mías. Lo siento. Tú sabes más de mí de lo que yo conozco de ti. Espero que esto que has leído, te inspire una sonrisa.
Tengo ganas de volver a verte. 

Fdo: Pocahontas

No hay comentarios: