Bueno, pues voy a contar los detalles de la comunión. Llevo todo el día limpiando. Pero la alergia a los acaros no me deja y ya he desistido. He limpiado el salón a fondo. Pero vamos, lo he dejado como nuevo. Así que haciendo una pausa después de dejar también recogida la cocina, Willy Fog y yo hemos decidido desmontar una de las mesas para guardarla y sacarla de nuevo en invierno. Ahora hemos puesto una pequeñita con ruedas y de cristal.
Bueno, pues el día 14, me quedé dormida por la mañana. Tenía que haberme levantado a eso de las 9 para que me diera tiempo suficiente a plancharme el pelo pero me desperté después de las 10 y en menos de media hora tenía que estar en camas para irme detrás del coche de una de mis primas hasta Albaida del Aljarafe que es donde está la iglesia y donde se celebró el convite. Al final tuve que ir sola a la comunión porque la locares de mi amiga me avisó 10 minutos antes de que se iba a urgencias con el bichito de 3 años.
Salir de aquella rotonda en Camas era horroroso así que no tardé mucho en perder el coche que tenía que seguir de vista. Pero había un Seat León en blanco justo delante mía. Conseguí avistar el de mi prima pero aún así, el blanco seguía entre medio. Llegó un momento en que pensé que ese coche también iba al mismo sitio porque seguía el mismo camino que nosotros y cuando llegué al pueblo, efectivamente, el Seat León en blanco era otro de los invitados. Ya me podían avisar antes. En fin. Llegamos a la iglesia y nada más entrar escucho el comentario: "Ahí están Adolfo y Pepi". ¿¿quienes son?? Pues Adolfo es uno de los hermanos de mi madre y Pepi es su mujer. No tenía ni idea de que estaban invitados. Ni siquiera sabía que tenían trato con ellos. Así que sin poder evitar sentirme rara me senté con ellos durante la misa.
Cuando me vi aparecer al cura, lo primero que pensé era que le faltaba una boa de plumas. Cuando yo me lo vi con esas mechas rubio pollo, no me lo creía... Quería ser tan perfeccionista con la misma que llegó un punto en que era pedante y grosero. Hora y veinte que duró la misa. Yo ya no sabía como sentarme pero tenía que aguantar el tirón por la niña, que era la que quería que fuera. Cuando salimos mis tios empezaron como era de esperar el tercer grado. Pero apartándome de los demás invitados, hablé con ellos con la mayor educación que me salió en esos momentos y les dije todo lo que pensaba. Con ellos no tengo nada en contra, pero si es cierto que estoy decepcionada con la familia de mi madre ya que conté con ellos hasta que ella murió, después desaparecieron del mapa. Aclaré las cosas con ellos ya que ellos son la parte afectada más cercana a mí, después de todos los malos rollos que existe entre la hermana de mi madre y yo. Les expliqué que siempre están buscando peleas y que hay cosas y detalles que no les puedo perdonar, así que de buenas maneras les dije las razones por las cuales hace más de 8 años que no voy por Villamanrique de la condesa, que es donde viven y donde está enterrada mi madre.
A mi tío Adolfo y a su mujer los vi el año pasado, meses antes de que mi relación se rompiera, en Matalascañas. Les avisé que estaba allí y ellos aprovechando que estaban cerca del sitio se acercaron para tomarse un café conmigo. Con ellos el único problema que tengo es que nunca han sido para hacer una simple llamada. Por lo demás, no tengo más inconvenientes. Es con mi tia Amparo y con su familia con los que tengo las rencillas importantes. Rencillas que para mí son imperdonables.
En fin. Llegamos al convite, una nave con techos de uralita y chapa, donde hacía un calor impresionante y allí me encontré con muchas caras conocidas pero a las que era incapaz de poner nombres. Era también de esperar, ya que con esas personas solo me veo en ocasiones como bodas, comuniones, entierros...
Se me acercó una mujer, que por cierto, quitando el cuerpo super rechoncho, tiene gran parecido con Lola Casamayor. Y me dijo "Raquel, que de tiempo, ¿te acuerdas de mí?". Todo eso lo dijo con una sonrisa profident de oreja a oreja que se le quitó en el momento en que contesté que no me acordaba de ella. Me dice, soy tu prima Mari... Yo para evitar más desconcierto conteste el típico, "ahhhhhhhh, vale, ahora caigo". Pero ni de coña sabía quién era. jajja
Luego vi a mi primo Juanma, al que también hace unos 6 años que no veo. Siempre he pensado que es gay, al igual que con mi prima MªJosé. De ellos dos, siempre lo he dicho, pero ellos no dicen nada al respecto y no me creo con la suficiente confianza como para hablarles del tema. Vi a mi primo Juan Antonio. La última vez que lo vi, tendría unos 7 años más o menos, ahora tiene 20. Sigue teniendo la misma cara y en seguida, nos hicimos cómplices durante el banquete. Hablando, soltó un comentario dando a entender que sabe que soy lesbiana, cosa que yo no sabía que el sabía. Y le dije que no hiciera comentarios delante de Juanma. Pero con Juanma, la conversación se volvía cada vez más complicada por momentos, ya que él, se refiere a mi ex pareja como hombre y al final, le tuve que decir que es una mujer. Se lo tomó mejor de lo que yo pensaba, teniendo en cuenta que Juanma es super religioso, super creyente, super fan de la iglesia, pero no se lo tomó mal. Para mi sorpresa, dijo que lo importante es la felicidad, independientemente de si eres heterosexual u homosexual. Cosa que me gustó. Me dieron ganas de reír cuando vi a mi prima MªJosé vestida con esa ropa, ya que no llevaba ropa acorde con su edad y que me hacía confirmar una vez más su lesbianismo no reconocido ni aceptado. Pero bueno, intenté hablar con ella en un par de ocasiones sobre otros temas pero no me siguió, así que busqué entretenimiento por otro lado de la mesa.
Al estar allí, con todos ellos, eché muchísimo en falta a mi primo Ramón, murió en el año 2003. También era gay, pero el resto de la familia no lo reconoce, piensan que yo no lo sé. Me dijeron que murió de una trombosis aunque hace tiempo me dieron una versión completamente diferente. Murió con 45 años. Yo cada vez que iba a pañoleta, me llevaba las horas muertas hablando con el, lo seguía a todas partes, se puede decir que cuando yo iba a La Pañoleta, yo me convertía en su sombra, ya que el resto de la familia, estaba de más. A mi me gustaba estar con el y cuando me dijeron que ya no estaba me costó hacerme a la idea. De hecho, dejé de ir a la Pañoleta.
Cuando terminamos de comer, estuve sentada con mi tia Pepi, nuevamente hablando de mi tia Amparo y entrando en más detalles sobre lo que me ocurre con ella. Salí del armario con todos aquel día. Solo me queda mi tio Pepe, que vive en el cerro y no fue. Hubo muchas conversaciones sobre recuerdos, sobre historias de penas y tristezas, así que cada vez que conseguía safarme de mis tias más mayores, me iba con mi primo JuanAntonio y su chica. Que con ellos la diversión estaba asegurada.
Hubo un sinfín de platos de jamón, queso, carne mechá, gambas... cuando llegó la comida, yo ya no tenía ganas. Uno de mis platos favoritos es todo lo referente a marisco, así que me di el lote con las gambas. Solo bebí dos cervezas y dos copas de Gin tonic, lo demás fue refresco. Hubo infinitas tartas. Más exactamente hubo una tarta de 6 pisos de yema tostada y nata de color rosa con una foto de Hanna montana, otra de chocolate blanco y chocolate negro, otra de chocolate y galletas, que estaba buenísima, y otra tarta de gominolas. Hubo bolsas de chucherías para los niños, hubo helados, payasos, un castillo hinchable, dos animadoras más. Eso tuvo que haber costado un pastón. Pero bueno. Yo ese día también fui un poco niña, ya que mientras los adultos tomaban café, yo estaba con los helados y robándole a mi prima bolsas de gominolas para mí. jejeje.
Puse a mi tio Adolfo y su mujer al día de mi vida en los últimos meses y se alegran de que esté mejor de lo que estaba entonces. Mis primos le habían contado algo por encima y bueno, el comentario que hizo la mujer de mi tío fue que se alegra de que me haya buscado la vida como lo hecho hasta al día de hoy a pesar de haber andado todo este camino sin ayuda de ningún familiar.
En definitiva, la comunión dio mucho de sí, pero estuvo bastante bien. La mejor parte vino después, cuando te vi a ti.
Bueno, pues creo que ya he contado mucho. Al día siguiente, como era de suponer, estaba cansadísima, aunque me levanté con bastante tiempo para desayunar, ducharme, vestirme, etc... a pesar del cansancio, no podía dejar pasar el volver a verte. Me encantas......
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