martes, 19 de abril de 2011

Aleeeeee, a meditar.!

Una de las cosas más tristes de la vida es cuando conoces a alguien que para ti significa todo y te das cuenta, que al final no era para ti y lo tienes que dejar ir.
Duele querer y amar a alguien sin ser correspondido. Pero duele más tener un sentimiento y no encontrar el valor de decírselo nunca, de decirle a esa persona lo que sientes.
Tal vez, el destino, quiere que conozcamos unas cuantas personas equivocadas antes de conocer a la persona correcta, para así, cuando al fin la conozcamos, sepamos ser agradecidos.
Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra se abre, pero a veces miramos durante tanto tiempo aquella puerta que se cerró, que no somos capaces de ver la que se abre frente a nosotros.
Es verdad. No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también que no sabemos lo que nos estamos perdiendo hasta que lo hemos encontrado...


Siempre existe en el mundo, una persona que espera a otra, ya sea en medio del desierto o en medio de la gran ciudad. Cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, todo pasado y todo futuro, pierden su importancia. Solo existe ese momento...

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